Mouris Salloum George*
Consta en expedientes sistematizados en la biblioteca del Instituto Nacional de Ciencias Penales, que hasta los años setenta los fugitivos de la justicia mexicana tenían predilección por Brasil, con el que México no tenía tratado de extradición. Para allá huyeron algunos acusados de peculado.
Uno de los casos más sonados de esos años tuvo como actor a un mando de primer nivel de un ente cafetalero público, quien logró protección a cambio de delaciones contra otros ejecutivos del instituto, lo que le permitió retornar a México y reincorporarse al servicio público.
En la década siguiente, otros imputados de delitos federales se escondían en Australia. Por estos años, el destino preferido por los bandidos, o acusados de serlo, ha sido España o Italia. Ahora se habla de Alemania.
Hacia Alemania se habría escapado desde abril el ex director general de Pemex, Emilio Lozoya Austin, según bitácoras no confirmadas del todo. El ex funcionario se acogería a su condición de ciudadano alemán en virtud de su matrimonio con Marielle Helene Eckes, miembro de una familia empresarial de aquel país.
Hasta a la madre dejó embarrada en las transas
La fuga se habría dado cuando estaba a punto de judicializarse la indagatoria sobre cohechos imputados a la corporación brasileña Odebrechet que habrían sido aplicados al financiamiento de las campañas del PRI en 2012, a cambio de contratos de Pemex.
Según testimonios documentados por la justicia brasileña en voz del propietario de esa firma, Marcelo Odebrecht, el monto de aquellos recursos sería de unos 10 millones de dólares.
A finales de la semana pasada se dieron por confirmadas órdenes de captura tramitadas por la Fiscalía General de la República ante jueces de distrito. Esa causa sería independiente de las abiertas por la compra presuntamente fraudulenta de empresas fabricantes de fertilizantes.
Lozoya Austin habría puesto pies en polvorosa abandonando a su suerte a familiares que son implicadas en las trapacerías del ex funcionario. Se trata de su esposa Marielle, ya citada; su madre, Gilda Margarita Austin, su hermana Gilda Susana y la corredora de bienes raíces Nelly Maritza Aguilera Concha.
Todavía falta por definirse un expediente adicional armado por el mismo caso por la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales, en cuyo caso eventualmente el PRI, no saldría ileso. Los colaboradores de Pedro Joaquín Coldwell en el CEN tricolor andan en busca de un buen abogado. Les hará falta.
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.